Hoy 22 de marzo se ha
convocado a los andaluces a participar en las elecciones anticipadas
al parlamento autonómico. En los medios de comuniación y en las
bocas de muchas personas se oía la expresión “hoy es la fiesta de
la democracia” y otras similares.
También se oye mucho
otra expresión, “se ha luchado mucho para conseguir el derecho al
voto”. No negaré que es cierto, pero eso no es óbice para que, a día
de hoy, el voto sea poco más que papel mojado. No por culpa de los
ciudadanos que van a votar, ni mucho menos, sino por los que están
en los manejos políticos de más alto nivel, en lo que se llama “las
altas esferas”, los “peces gordos” o “los de arriba”, según
el lugar en el que se pone cada uno en la plaza política. Se habla
de la importancia del voto, pero no se habla de la nula capacidad de
sancionar a la clase política o al silencio impuesto a los que
protestan a base de multas y porrazos, limitando la democracia
representativa a una dictadura de turnos de cuatro años, donde
élites apoltronadas se van cambiando la silla. No se habla tampoco
de lo poco que convocamos referendos o la escasa capacidad de
decisión de asociaciones vecinales o de barrio.
Pero la democracia no es
ninguna fiesta. No lo es cuando en cada proceso electoral nos jugamos
que un partido político dicte durante cuatro años, sólo o con
algún apoyo todas las cuestiones gubernamentales sin consultar al
resto. No es ninguna fiesta cuando estos órganos políticos, que
subordinan a sus miembros a una línea ideológica férrea, son los
responsables directos de la deriva económica y política en la que
estamos desde 2007, debido a la inoperancia o a la incapacidad de
nuestros gobernantes.
La democracia, ya que
hablamos de su día de fiesta, no es echar un papel cada cuatro años
en una urna. Votar no es sólo un derecho, también es una
responsabilidad que uno asume con su decisión ante el resto del
país. No es justo que se llame democracia a un sistema que la única
capacidad de cambiar la política sea encomendarse a sus vecinos una
vez cada cuatro años, y después de esto, encomendarse a la buena
voluntad del político que uno mismo elige para que cumpla su
programa electoral. La democracia debe construirse también desde
abajo, desde las asociaciones de vecinos, las asambleas de barrio y
los proyectos comunes que se lleven a cabo en las localidades. Porque
no sólo me afecta lo que pasa en la Junta de Andalucía el 22 de
Marzo de 2015, también me afecta lo que pasa el 6 de Junio, y la
decisión que toma mi teniente alcalde el día 5 de enero de 2016. No
podemos permitir que la democracia consista en tener que aguantar un
mal gobierno durante cuatro años sin ninguna opción real a
cambiarlo. Si el ser humano no es bueno por naturaleza y el poder
corrompe, necesitamos más mecanismos de control sobre la política,
sea al nivel que sea. La democracia verdadera no puede ser sólo
representativa, sino también de participación directa y personal;
esto requiere más esfuerzo que levantarse un domingo por la mañana,
claro está, pero también rinde otros frutos más gratos.
Hay una cita apócrifa,
atribuida por internet a Benjamin Franklin, que dice así: “La
democracia consiste en dos lobos y un cordero decidiendo qué van a
comer. La libertad consiste en un cordero bien armado negándose a
votar”*.
Por eso esta democracia no es una fiesta, porque nos jugamos en cada
comicio quién nos va a comer, y eso no es una perspectiva alegre.
- José María.
*“Democracy
is two wolves and a lamb voting on what to have for lunch. Liberty
is a well-armed lamb contesting the vote.” Para los que se manejen
bien en el inglés.
http://en.wikiquote.org/wiki/Democracy#Misattributed
Es lo que comentábamos. En esta sociedad española a la que la indignación le dura lo que dura en acabar el telediario (con sus noticias felices y calmadas al final, para que la gente se relaje), donde todos están amuermados y no son capaces de exigir el poder que les pertenece de decisión, que creen que un día llegas a depositar un papel y ya lo pueden decidir todo por ti, cualquier posibilidad de cambio de modelo dentro de este sistema podrido es imposible.
ResponderEliminarLos resultados de las elecciones desde luego son incomprensibles, si no es después de un minucioso lavado de cerebro. Las redes clientelares no deberían sostener esto por sí solas, o eso pienso.
EliminarLa gente debe pensar, a nivel de Andalucía, que sin PSOE no hay subvenciones, que después del PSOE se abre una brecha en la tierra de la que emerge Satán sosteniendo a Pablo Iglesias riéndose a carcajadas malignas.
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